Las características cruciales que hacen de una persona exitosa en sus iniciativas empresariales pueden nutrirse y desarrollarse: hasta la suerte puede cultivarse.
En un artículo publicado en el Harvard Business Review, explicó que el corazón, la inteligencia, las agallas y la suerte son las cuatro características que marcan el camino del éxito empresarial.
Hasta la suerte se puede cultivar siendo “humilde y abierto, teniendo la actitud correcta y una aproximación hacia las relaciones interpersonales y construir una red de suerte”, aseguró.
Por su parte, la falta de agallas es tal vez la barrera más común para el éxito empresarial. Siempre hay riesgos asociados con cualquier iniciativa no tradicional: preocupaciones sobre seguridad financiera, reputación, brechas de conocimiento, solo por mencionar algunos. Se requiere de mucha valentía para superar esas preocupaciones, para perseverar cuando el camino se torna difícil y para adaptarse cuando las circunstancias lo piden.
¿Qué son estas agallas? Se trata de tener el valor de iniciar, soportar y evolucionar alrededor de una idea. Esta característica puede influirse en otros, amplificarse y adquirirse con el tiempo. Existen tres aproximaciones destacadas para construir este valor:
1. Experiencias de incursión en negocios y ventas durante la juventud. El 80% de los emprendedores encuestados por el autor, que fueron identificados como “dominantes”, tuvo una experiencia de negocios a temprana edad que les formó carácter.
Cualquier actividad donde uno se exponga públicamente, incluso tardíamente, que requiera “habilidades” para vender o donde el rechazo sea algo común, forman parte de la “formación” de un emprendedor. Hay muy pocos emprendedores que no hayan tenido que estar en situaciones límites, ya sea a temprana edad o en su recorrido empresarial.
2. Entrenamiento para resultados riesgosos. Las escuelas de negocios, libros y entrenadores que usan métodos basados en casos de estudio y tácticas para respuesta a crisis pueden mitigar los riesgos inherentes a cualquier situación.
Esto es particularmente cierto en la primera fase de cualquier situación crítica empresarial: demanda judicial, recorte de personal o fusión con otra compañía. Saber qué esperar en esta y otras situaciones crea una línea base de preparación que puede darle suficiente confianza, voluntad y capacidad a alguien para asumir más riesgos porque serán mitigados y calculados.
3. Apoyo de pares y rendición de cuentas. Es más fácil ser valiente cuando alguien vela por uno. Asimismo, la manera más efectiva de promover una conducta positiva es a través del apoyo de los pares. El autor invirtió en una compañía especializada en el bienestar del empleado, ShapeUp, y se topó con que las personas hacen mejores decisiones sobre su salud en un ambiente de apoyo social y rendición de cuentas.
“Los emprendedores empiezan en un lugar que llamamos ‘corazón’, pasión interna y deseo que no es fácilmente maleable. Somos lo que sentimos”, indicó Tjan. El reto está en tomar esta pasión y convertirla en un negocio. Para eso se requiere agallas. “Cantidades inimaginables de potencial están dormidas porque la gente no tiene un mínimo umbral de valor para tomar iniciativa en lugar de pensar demasiado”, finalizó.
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